Decidir dejar nuestro país para iniciar una aventura por el mundo no es una decisión fácil de tomar. Todos quienes vivimos en el exterior compartimos ese “miedo” que nos dio comprar el primer pasaje que nos llevó hacia un nuevo destino. Sofia Frigerio es de Chile y la creadora del blog De Chile al Mundo, en este artículo nos cuenta cómo fue su experiencia al decidir viajar a Australia por primera vez. Lee sobre sus miedos, planes iniciales, y cómo luego de un viaje de 3 meses en el Sudeste Asiático decidió quedarse a vivir en Australia. Lee la experiencia de Sofía iniciando su aventura en Australia!
Australia es un país que está lejos de todo. Es una inmensa isla que habitan alrededor de 25 millones de personas, pero la densidad poblacional es baja dado al gran territorio que posee. Es un lugar donde extravagantes tipos de animales como koalas, canguros, el demonio de Tasmania, wombats, entre otros, habitan solo aquí. Pero este mágico lugar no solo se caracteriza por tener una hermosa flora, fauna o sus lindas playas. También es un país donde la gente es muy simpática y cercana, sonriente, donde uno se siente seguro y además hay muchas oportunidades de todo tipo; explorar, bucear, trabajar, estudiar, disfrutar de la naturaleza o simplemente aprender inglés.
Aunque no lo crean, todas estas maravillas no me hicieron venir aquí. La verdad, es que ni siquiera me informé tanto y me vine solo porque sabía que es una muy buena oportunidad para trabajar y ganar dinero en poco tiempo. Además, mi mejor excusa era de aprender inglés, ya que en el trabajo que estaba necesitaba este requisito si es que quería crecer profesionalmente.
Pero tomar esta decisión no fue nada fácil. Cuando egrese de la Universidad, siempre estuvo en mis planes viajar por un largo tiempo e irme al sudeste asiático, porque básicamente todos los de mi generación lo hacían. Ya había viajado varias veces a Europa y ya era el momento de explorar nuevos territorios. Pero mis planes cambiaron cuando encontré el trabajo que quería, trabajé dos años y medio, hasta que decidí que ya era hora de irme. No fue fácil tomar esta decisión, ya que tenía a todos mis amigos en Chile, mi novio, mi familia, trabajo que me encantaba, auto, casa y sobretodo, estabilidad. Pero algo me decía que tenía que buscar nuevos horizontes y que no quería seguir estancada en lo mismo; lo tenía todo, pero no estaba satisfecha. Otra cosa que me costó mucho decidirme fue el constante comentario de…
“no pierdas el tiempo, esto va a impactar tu carrera profesional (soy ingeniero comercial, mención en Marketing). Cuando vuelvas después de 6 meses nadie te va a querer contratar por estar perdiendo el tiempo viajando…”
Sumado a que no sabía hablar el idioma, es un país que queda lejos y me venía sola, sin conocer a nadie acá. Nunca he sido una persona “valiente” y sobretodo la Sofía de Chile vivía con mucho miedo, crecí teniendo miedo a que me asaltaran, robaran o de sentirme vulnerable.
Pero luego de pensarlo mucho, decidí comprar pasaje, este era el primer paso y ya no había vuelta atrás. Así llegó el día que tomé rumbo a esta aventura en el 2015; sin muchas expectativas, ya que mi plan original era de venir por 3 meses a Australia, ganar dinero rápido, aprender inglés y viajar 3 meses por el sudeste asiático. Lo que no me di cuenta en ese momento es que era un plan extremadamente ambicioso; encontrar trabajo es fácil acá, pero no se encuentra de un día para otro. Hay veces que cuesta más, sobre todo en invierno, sumado a que tienes que encontrar casa, abrir cuentas de banco, papeleo para poder trabajar, comprar celular y aprender inglés en 3 meses (sin curso); Básicamente, imposible.
Fui muy afortunada, ya que luego de dos semanas sin parar de buscar trabajo, encontré uno. No me pagaban tan bien como había pensado, pero al menos tenía ahorros de Chile que estaba feliz de gastarlos en viajes. Estos tres meses fueron absolutamente mágicos e inolvidables. Todos los miedos que tenía desaparecieron y es como si hubiese salido de una burbuja a conocer lo que era el mundo. Conocí gente de todas las nacionalidades posibles, muy distintas a lo que estaba acostumbrada, hice cosas que jamás me hubiese atrevido a hacer, mi espíritu aventurero despertó y estaba lista para empezar a ser la nueva Sofía.
Me costó mucho aprender a hablar inglés, sobretodo porque no tenía un curso que me ayudara, pero si amigos que me corregían. Creo que lo clave fue juntarme con gente que habla solo inglés, ya que estaba forzada a aprender. Trabajaba en una tienda de helados, que tenía que hablar con clientes (pobres, yo creo que nadie me entendía y seguro les daba el sabor incorrecto). Vivía cerca de la playa, en Surfers Paradise e iba todos los días a disfrutar de la naturaleza. Hacíamos paseos a parque nacionales, hacer snorkel, recorrer otras playas y descubrir nuevos lugares, ir a los exquisitos mercados de comida, cafés orgánicos, conocer constantemente gente nueva y descubrir lo que era una vida saludable; estaba viviendo en un paraíso.
Mi tiempo en Australia llegaba a su fin, y me tocaba ir al Sudeste Asiático sola. Estaba completamente aterrada en el avión, incluso lloraba. Tenía mucha angustia porque no planifiqué mucho, no sabía a lo que iba y todos mis temores empezaron a volver. El primer día llegué a Tailandia y todo era desconocido, tenía pánico de que me robaran. Me subí a un tuc tuc hacia el puerto sin saber dónde ir. Pero esta es la magia de viajar; al llegar al puerto conocí dos alemanas que iban a Koh Phi Phi y me preguntaron si quería ir con ellas. Este simple gesto me hizo relajarme y darme cuenta de que todos los miedos estaban solo en mi cabeza. Empezaba otra aventura, a seguir aprendiendo cada día sobre otras culturas y sobretodo a vivir sin miedo.
No ganamos nada con estar asustados; sí tenemos que ser precavidos, pero evitar dejar de hacer cosas por miedo. Este viaje por 3 meses fueron los mejores meses de mi vida y me hicieron abrir mi mente y ver la vida desde otra perspectiva. Esto es lo lindo de salir de la rutina y de la zona de confort; se aprenden infinitas cosas y creo que se aprende a disfrutar más.
Luego de haber hecho la farm work y de tener la opción de extender mi estadía en Australia, seguí mi aventura rumbo a Islandia, un lugar completamente distinto a Australia. Viví en Europa en total por un año entero, pero siempre quise y sabía que quería volver a este lindo país. ¿Por qué? Ya que el clima, la gente, las oportunidades laborales y poder disfrutar de la naturaleza todo los días, me convenció de instalarme acá por un tiempo más largo que solo unos meses. Sabía que quedarse acá no es fácil en términos de visado, pero siempre he tenido la mentalidad que el que quiere, con perseverancia y esfuerzo, puede.
Ya llevo casi 5 años viviendo en Australia y haber venido fue como haber despertado mi real yo; aprendí a valorar cosas que en Chile no valoraba tanto, aprendí los beneficios de estar en contacto con la naturaleza, de juzgar menos a la gente de cómo se viste o se ve, de confiar en las personas y entender que no son todos malos o que me quieren hacer daño, de que somos todos personas equitativas, independiente de nuestro color de piel, pelo, ojos o de qué familia venimos. Aprendí a valorar a mi familia, amigos de Chile y todos los valores que me enseñaron durante mi vida. Que a mi cuerpo tengo que quererlo y cuidarlo, que vivo en un país que da oportunidades para todos y entrega seguridad; eso es impagable. Para mí, Australia es el mejor país para vivir en el mundo. Te invito a comenzar tu propia aventura en Australia y aprender cosas todos los días para ser una mejor persona. Te invito a que te atrevas a romper tu zona de confort, con tus miedos y vivas experiencias que jamás pensaste vivir.
¿Te gustaría vivir la misma experiencia que Sofía? Si estás pensando en hacer un curso y viajar por Australia, hay un montón de posibilidades entre las que elegir y también muchos lugares. Contáctanos hoy a info@puravidastudy.com.au para brindarle asesoramiento gratuito sobre tu curso y visa. Además, puedes enviarnos un WhatsApp al +61410827945.
Si quieres leer más historias de nuestros estudiantes, lee la experiencia de Fede y Pame de Argentina, Fernanda de Chile o incluso de Natalia en Adelaide!
¡Nos vemos en Australia! 🙂